martes, 4 de octubre de 2011

Carta

Mirá, las cosas son mas sencillas de lo que parecen o de lo que vos pensás. Si digiera que no te pido nada estaría mintiéndote en vano. Solo espera, tomate un momento para leer lo que tengo para decirte y luego si querés todo seguirá igual. 

No tengo tampoco mucho para decir, más de lo que no te voy a dar. Te quiero. Y te deseo tanto que estoy terminando por odiarte. No podes ver, tenes los ojos vendados, y el verte sufrir por otra persona me provoca repulsión. Entiendo que no lo mereces y que podes estar mejor si lo quisieras. 

Mirá, yo no puedo amarte, ni te pido que vos lo hagas. Yo no prometo cambiarte el mundo, ni quiero meterme en el tuyo. Hay otra persona a la que querés, lo entiendo y ni siquiera me importa. Puedo asegurarte con total confianza que no me importa lo demás, sé que no voy a darte lo mismo que ella. Arriesgate, date cuenta, despertate. 

Somos tan parecidos que no podríamos llegar a más. Lo único que te pido es un momento, sólo un momento y verás que las cosas pueden ser muy diferentes. Sólo un momento en el que dejemos todo afuera de una habitación y que dentro no quedemos más que vos y yo. Sólo un momento, luego el tiempo volverá a correr, todo terminará. 

Saldremos a la calle y volveremos a ser como dos extraños, dos amantes con un secreto, dos desconocidos después de la pasión. Cada uno volverá a su vida con su dosis de hipocresía. Vos con ella y yo con un recuerdo.

Evelyn Leguizamón.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Okey, cuando leo esto entiendo por que te quiero tanto...

EvelynGL dijo...

Oh no, acá también me stalkeas! jaja

Dieguito dijo...

Ay Cheve, lo que te banco!
P.d: me gusta cómo escribís, he dicho.