viernes, 25 de mayo de 2012

Tradiciones de mi barrio


Cada cuatro de enero de los años pares por mi barrio llueve. Hombres y mujeres salen a las calles para danzar en medio de la avenida principal. Mientras que los chicos se quedan en casa, tomando té y mirando por la ventana.  Todo comienza en el amanecer, cuando las nubes cubren el barrio y la gente ya está preparada para salir. Se van acercando, algunos solos, otros en caravana. Los hombres sin vueltas invitan a las damas a realizar ese baile tan típico de nosotros. Algunas avergonzadas simplemente se quedan paradas al borde de la vereda sonrojadas. Y otras aceptan con gusto. Es muy gracioso ver como todos bailan mojados, y alguno que otro, que trata de sobresalir por su baile, termina en el piso. Es por eso que un año se quiso suspender según me contó mi abuela. Algunos vecinos aprovechan la ocasión y al otro día salen a la calle vendiendo antigripales y esas cosas por el estilo. Y todo finaliza al anochecer, cuando terminan de caer las últimas gotas. La gente deja de bailar y se marcha así sin más.  

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