domingo, 28 de agosto de 2011

Entre tantas cosas

Entre el humo de cigarrillos y tazas sucias de café sobre la mesada, supimos darnos las mejores noches. Entre sillones y películas que querían ser vistas, entre abrazos, besos y sábanas desacomodadas. Era tan divertido reírnos de nuestro secreto y de los mundos que nos inventábamos, ver a la gente que no nos comprendía y burlarnos de ello.

Entre histerias, confesiones y cariños, esas tardes de abril fueron lo mejor para vos, para mí. Y jugando entre las hojas secas del otoño y entre las risas que compartimos a cada momento supimos vivir en ese presente y hacer que esos recuerdos hoy perduren en nuestras memorias.

Entre pasajes, pañuelos y lágrimas recordamos que todo algún día se acaba y que una despedida estaba comenzando. Entre mis brazos te tuve, te tuve y te contuve como que si así lo hiciera no tendría que marcharme nunca jamás, como que si así lo hiciera no existiría nunca un adiós. Hasta que diste media vuelta. Yo también lo hice, y entre lágrimas que brotaban y brotaban y no paraban de rodar hasta golpearse contra el suelo, entre la gente comencé a caminar. Esa misma gente de la que nos habíamos burlado unos días antes, ahora lo hacían conmigo.

Aunque ahora te encuentres tan lejos y distante, a cada momento logro verte entre los recuerdos que guardo, porque seguís estando conmigo, entre canciones, palabras, novelas. Entre mis sueños cada noche, entre cada renglón de cada frase que escribo. Entre tanta locura, tantas fantasías, entre tantos sueños y realidades. Entre tantas otras cosas yo te sigo queriendo.


Evelyn Leguizamón

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